miércoles, 2 de mayo de 2012

REFLEXIÓN BLOQUE II


Además de suponer un enriquecimiento cultural y académico, este segundo bloque ha conseguido que regrese a mi infancia, que evoque cada canción, cada adivinanza, cada cuento...y que esboce una sonrisa con esos recuerdos, sacando la niña que llevo dentro de mi. Este mismo efecto es el que espero causar yo en mis alumnos -como persona y como profesional- cuando éstos hayan crecido, se vean en mi situación, y rememoren aquellos momentos agradables en los que yo haya podido participar.

Me ha sorprendido, y no gratamente, el origen de multitud de cuentos que creí conocer, y que sin embargo, han resultado poseer una trama muy diferente a la que inocentemente se nos ha publicado. Aunque conozco el germen de estos textos folclóricos y a pesar de saber por qué se narraban, dónde, cuándo, y que no son destinados a la infancia, no dejo de cuestionarme qué tipo de protección se les concedía a los niños de antaño, y qué tipo de protección se les asigna a los mismos en la actualidad.

Por otra parte, es sabido por todos que la popularidad de las canciones folclóricas se desvanece generación tras generación, así como los juegos que van unidos a ellas. De forma introspectiva, creo que es una lástima, y que está a nuestro alcance -como futuras maestras- recuperar la pasión por las mismas y convertirnos en un eslavón más de la cadena que impida que se pierdan en el olvido.

En un futuro, me gustaría darle tanta importancia a la literatura de autor como a la folclórica, incluyendo en ella cuentos, poemas, adivinanzas, juegos, canciones...tratando de mantener así la tradición popular. La imaginación da un margen de coyuntura más que flexible para trabajar con este recurso, desde crear entre todos nuestra propia versión de un cuento folclórico, hasta participar en un libro viajero para que “papis” y alumnos escriban canciones o poemas populares...

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