miércoles, 2 de mayo de 2012

El Gato con Botas


Cuento popular “original”, recopilado por Charles Perrault en “Cuentos de Mamá Oca”:

EL GATO CON BOTAS

Había una vez un molinero que tenía tres hijos. A su muerte, el pobre molinero les dejó a sus hijos, como únicos bienes: su molino, su burro y su gato. Muy pronto se hizo el reparto, para el cual no se necesitó notario ni otra autoridad; nada sobró del pobre patrimonio. El hijo mayor se quedó con el molino, el segundo recibió el burro y el menor sólo se quedó con el Gato; estaba desconsolado por tener tan poco.

- Mis hermanosdecía - podrán ganarse la vida honradamente trabajando juntos; en cambio yo, en cuanto me haya comido mi gato y haya hecho una bufanda con su piel, moriré de hambre.

El Gato, al oír este discurso, le dijo con un aire comedido y grave:

- No te aflijas en absoluto, mi amo, no tienes más que darme un saco y hacerme un par de botas para ir por los zarzales, y ya verás que tu herencia no es tan poca cosa como crees.

Aunque el amo del Gato no hizo mucho caso al oírlo, lo había visto actuar con tanta agilidad para atrapar ratas y ratones, o cuando se colgaba de sus patas traseras o cuando se escondía en la harina haciéndose el muerto, así que no perdió la esperanza de que lo socorriera en su miseria.
En cuanto el Gato tuvo lo que había solicitado, se calzó rápidamente las botas, se colocó el saco al cuello tomando los cordones con sus patas delanteras y se dirigió hacia un conejal en donde había muchos conejos. Puso salvado y hierbas dentro del saco, y se tendió en el suelo como si estuviese muerto; esperó que un tierno conejo poco conocedor de las tretas de este mundo viniera a meterse en el saco para comer lo que en él había. Apenas se hubo acostado tuvo un gran regocijo; un tierno y aturdido conejo entró en el saco. El Gato tiró de los cordones para atraparlo y luego lo mató sin misericordia. Orgulloso de su proeza, se dirigió hacia donde vivía el Rey y pidió que lo dejaran entrar para hablar con él. Le hicieron pasar a las habitaciones de Su Majestad; después de hacer una gran reverencia al Rey, le dijo:

- He aquí, Señor, un conejo de campo que el Señor Marqués de Carabás (que es el nombre que se le ocurrió dar a su amo) me ha encargado ofrecerle de su parte.

- Dile a tu amo - contestó el Rey -, que se lo agradezco, y que me halaga en gran medida.
En otra ocasión, fue a esconderse en un trigal dejando también el saco abierto; en cuanto dos perdices entraron en él, tiró de los cordones y capturó a ambas. Enseguida se fue a regalárselas al rey, tal como había hecho con el conejo de campo. Una vez más, el Rey se sintió halagado al recibir las dos perdices, y ordenó que le dieran de beber.

Durante dos o tres meses el Gato continuó llevando al Rey las piezas que cazaba y le decía que su amo lo enviaba. Un día se enteró que el Rey iría de paseo por la ribera del río con su hija, la princesa más bella del mundo, y le dijo a su amo:

- Si sigues mi consejo podrás hacer fortuna; no tienes más que meterte en el río en el lugar que yo te indique y después dejarme actuar.

El Marqués de Carabás hizo lo que su Gato le aconsejaba, sin saber con qué fines lo hacía. Mientras se bañaba, pasó por ahí el Rey, y el Gato se puso a gritar con todas sus fuerzas:

- ¡Socorro! ¡Auxilio! ¡Que se ahoga el Marqués de Carabás!

Al oír los gritos el Rey se asomó por la ventanilla y al reconocer al Gato que tantas piezas de caza le había entregado, ordenó a sus guardias que fueran prestos al auxilio del Marqués de Carabás. Mientras sacaban del río al pobre Marqués, el Gato se acercó a la carroza y le dijo al Rey que durante el baño de su amo unos ladrones habían llegado y se llevaron sus ropas, a pesar de que él les gritó con toda su fuerza; el Gato las había escondido tras una enorme piedra. Al instante, el Rey ordenó a los oficiales de su guardarropa que fueran a buscar uno de sus más bellos trajes para dárselo al Marqués de Carabás.

El Rey le hizo mil halagos, y como los hermosos ropajes que acababan de darle realzaban su figura (pues era guapo y de buen porte), la hija del rey lo encontró muy de su agrado; además, como el Marqués de Carabás le dirigió dos o tres miradas, muy respetuosas y un poco tiernas, ella se enamoró enseguida de él. El rey quiso que subiera a su carroza y que los acompañara en su paseo

El gato, encantado al ver que su plan empezaba a dar resultado, se adelantó a ellos, y cuando encontró a unos campesinos que segaban un campo les dijo:

- Buena gente, si no decis al rey que el campo que estáis segando pertenece al Marqués de Carabás, seréis hechos picadillos y convertidos en paté.

Al pasar por ahí, el rey no olvidó preguntar a los segadores de quién era el campo que segaban.

-Estos campos pertenecen al Marqués de Carabás, Señor.- respondieron los labriegos- Al marqués de Carabás, al Marqués de Carabás.

Mientras esto sucedía, el gato llegó al palacio de un famoso ogro:

- Me han asegurado que podeís convertiros en cualquier animal...- le dijo el gato.

Muy alagado, el ogro se transformó en un enorme león para demostrar sus habilidades. El gato le reto entonces a convertirse en un animal pequeño, como un ratón o una rata...Ansioso por impresionar a su invitado, el ogro accedió y se convirtió en un ratón. Tan pronto como lo hizo, el grato lo tomó por la cola y se lo comió. Reclamó entonces el palacio como patrimonió de su amo.

El rey, al ver tantas riquezas del Marqués de carabás, decidió casar a su hija con el hijo menor del molinero, mientras el gato se había convertido en el animal más famoso de toda la comarca y su Señor, el marqués de Carabás, en un joven príncipe.

En el nuevo palacio vivieron felices, y el gato con botas, como recompensa de su amo, vivió también en aquel castillo tan bonito.


Cuento popular adaptado
EL GATO CON BOTAS

Érase una vez y mentira no es...un molinero muy pobre muy pobre muy pobre que tenía tres hijos. Al morir, dejó en herencia los pocos bienes que tenía: el mayor de los hermanos se quedó con el molino, el mediano con el burro, y el pequeño con un gato. Desesperado, el hermano pequeño pensó:

- Mis hermanos podrán trabajar juntos y ganarse la vida, pero ¿qué hago yo con este gato? Moriré de hambre...

Al oír esto, el Gato le dijo:

- No os preocupeís mi amo, dadme un saco y unas botas y veréis que vuestra herencia no es tan poca cosa como vos creéis...a partir de ahora os haréis pasar por marqués.

Así, un claro día de primavera, el Gato se calzó sus botas, cogió el saco y se fue a cazar al campo. Después de haber cazado varios conejos, el Gato se dirigió al palacio del Rey, le hizo una gran reverencia y le dijo:

- He aquí, Señor, un conejo de campo que mi amo, el Señor Marqués de Carabás (que es el nombre que se le ocurrió dar a su dueño) me ha encargado ofrecerle de su parte. El Rey, muy halagado y complacido, le dio las gracias.

Otro día, el Gato se fue al bosque a cazar perdices con su saco y sus botas, para después regalárselas al Rey. Esto mismo hizo durante varios meses: el Gato con Botas le llevaba al Rey las piezas que cazaba y le aseguraba que era su amo quien lo enviaba.

El Gato -que era muy listo- se enteró que el Rey iría de paseo por el río con su hija, la princesa, y le dijo a su amo:

- Si sigues mi consejo podrás hacer fortuna. Quítate tu ropa, escóndela, metete en el río, y dejame a actuar...

El Marqués de Carabás hizo lo que su Gato le aconsejaba, sin saber muy bien por qué. Mientras se bañaba, pasó por ahí el Rey, y el Gato se puso a gritar con todas sus fuerzas:

- ¡SocorroAuxilioQue se ahoga el Marqués de Carabás!

Al oir los gritos, el Rey se asomó por la ventanilla de su hermosa carroza, y reconoció al Gato con Botas, que tantas perdices y conejos le había regalado. Entonces, ordenó a sus guardias que ayudaran al Marques de Carabás y le sacaran del río. El Gato con Botas mintió al Rey diciéndole que unos bandidos habían robado las ropas y las joyas de su amo y luego le habían lanzado al río. El Rey, vistió al Marques de Carabás con un bellísimo traje y le invitó a subir a la carroza para seguir con el paseo. Mientras tanto, el Gato con Botas, se adelantó a ellos y cuando encontro a unos campesinos que segaban en el campo les dijo:

- ¡Campesinos, si no decis al Rey que el campo que estais segando pertenece al Marqués de Carabás, seréis hechos picadillo!

Cuando el carruaje del Rey pasó por esos campos y preguntó a quién pertenecían, los campesinos respondieron que esos terrenos eran del Marqués de Carabás.

Entretanto, el Gato con Botas llegó al palació de un famoso ogro:

- Me han asegurado que podeís convertiros en cualquier animal...- le digo el gato.

Muy alagado, el ogro se transformo en un enorme león para demostrarle lo que podía hacer. El Gato con Botas, que era muy listo, le reto a convertirse en un animal más pequeño:

-Si, si...convertirse en un león es muy fácil...pero, ¿a qué no serías capaz de convertirte en ratón?

Tan pronto como el ogro se transformó en ratón, el gato lo tomó por la cola y se lo comió. Desde entonces, el palacio del ogro fue de el Gato con Botas y de su amo.

El Rey, al ver las riquezas del Marqués de Carabás, decidió casar a su hija con él. Así, el Gato con Botas se convirtió en el animal más famoso de la comarca, el Marqués de Carabás en un apuesto príncipe, y -como dijo Don Crispín- este cuento llegó a su fin.

1 comentario:

  1. Me hace gracia este cuento porque, en realidad, lo que demuestra es que la única forma de ascender socialmente es decir una mentira tras otra :D Muy actual...

    Para que veas lo que os comenté en clase de las versiones y las adaptaciones y por qué es necesario buscar versiones que sean traducciones:

    En tu versión de Perrault falta la moraleja, que es una de las características de este señor tan moralizador. Te enlazo una versión que me consta que es más fiel que la que tú has encontrado:
    http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/fran/perrault/gatocon.htm

    En cuanto a la otra es, obviamente otra adaptación un poco infantilizada, en la que se le da nombre al protagonista.

    Recuerda que Perrault NO RECOPILABA, ADAPTABA. Los que recopilaban (y luego se vieron obligados a adaptar) fueron los Grimm.

    Te lo anoto como voluntario. :)

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