jueves, 19 de abril de 2012

LA LIERATURA INFANTIL Y LA CONCIENCIA DEL NIÑO


Adjunto este artículo ya que me ha parecido de gran interés por su contenido, pues hace referencia a la forma en que la lectura afecta a la conciencia de los niños y al proceso de formación de la misma. Fue Juan Cervera quien estudió el proceso que a continuación expongo: (http://i-elanor.typepad.com/casadelarbol/2005/12/la_literatura_i.html)


LA LITERATURA INFANTIL CONTRIBUYE A FORMAR LA CONCIENCIA DEL NIÑO


Según el reconocido investigador español de literatura infantil Juan Cervera, los cuentos contribuyen a formar la conciencia crítica de los niños. La representación del bien y el mal de una manera sencilla y contrastante permite que los niños ejerciten su juicio y aprendan a ser responsables. A diferencia de las experiencias personales que también ayudan a construir conciencias (a veces con varios tropiezos y malos entendidos), los cuentos moldean personalidades sin riesgo alguno y de manera más divertida.


¿Qué es la conciencia?
La conciencia desde un punto de vista psicológico, es el conjunto de procesos mentales que reúnen información sobre todo tipo de conocimientos y sentimientos y que terminan formando una especie de reglas mentales que de alguna u otra forma dirigen o influyen en la conducta de un ser humano. La conciencia es la encargada de discernir entre el bien y el mal. Ya sea vista desde una perspectiva moral o religiosa, actúa como un juez advirtiendo sobre la bondad o maldad de alguna situación, pero siempre en la intimidad de la persona.


Según Paulo Freire el destacado pedagogo brasileño, una educación liberadora consiste en desarrollar una concienciacriticaa partir de un análisis de la realidad, es decir una posición activa del individuo que cuestiona y reflexiona sobre lo que esta bien y esta mal antes de actuar. Las personas con conciencia crítica están concientes de las preocupaciones propias de su tiempo y de su compromiso para la construcción de un futuro.


¿Como se relaciona la literatura infantil con la conciencia de los niños?


A una temprana edad y en forma muy significativa, son los cuentos y narraciones los que alimentan los procesos mentales que forman la conciencia del niño. Algunos analistas observan que la literatura infantil provee de muchos valores e intenciones de forma natural. Son los autores de los libros los que a veces sin querer transmiten sus propios valores a los pequeños lectores; en otros casos los autores lo hacen a propósito, con un fin de adoctrinamiento o hasta inclusive manipulación, es por eso muy importante el rol que desempeñen los padres para conocer los libros que van a leer sus hijos.


El autor de cuentos infantiles puede haber tenido una intención, pero cada cuento tiene un significado diferente para cada niño. Cada niño entiende y asimila los mensajes de un cuento de acuerdo a sus propias situaciones y relaciones afectivas y de esta manera influyen en su personalidad y forma de ver y reaccionar ante el mundo que los rodea.


¿Por qué es importante el cuento como ayuda para educar y formar la conciencia de los niños?


Cuando el niño encuentra una historia que responde a alguna de sus necesidades íntimas, se aferra a él y pide insistentemente que se lo cuenten una y otra vez. Es decir que mientras la historia le sirva de respuesta a alguna de sus inquietudes mantendrá su interés. Según Christa Meves, afamada psicoterapeuta juvenil alemana: Ese interés, en manera alguna fugaz, sino constante, esa necesidad e insaciabilidad ante la narración repetida del mismo cuento constituye un indicador clarísimo de la oportunidad de los cuentos como medio educativo


¿Qué tienen los cuentos que ayuden al niño a diferenciar entre el bien y el mal?


En la actualidad la niñez crece en ámbitos no siempre seguros: familias desintegradas o difícil situación económica que obliga a los padres a trabajar todo el día. Muchas veces los niños se ven angustiados cuando sienten la necesidad de ser queridos, preferidos y atendidos por sus padres, familiares o amigos. Hay numerosos cuentos que directa o indirectamente representan estas situaciones.


Los cuentos y las historias al proporcionar imágenes de héroes solitarios que vencen dificultades en situaciones donde siempre triunfa la bondad sobre la maldad, le dan al niño seguridad y le permiten diferenciar claramente en su joven conciencia que representa el bien y que el mal. Las luchas del héroe son interiorizadas por el niño dejando una huella de moralidad. Como dijo el escritor y psicólogo infantil Bruno Bettelheim en su Psicoanálisis de los cuentos de hadas: “El niño siente que el mundo funciona perfectamente y que se puede sentir seguro en él, únicamente si sabe que las personas malvadas encuentran siempre su castigo.


Algunos críticos dirán que los cuentos tradicionales tienden a presentar el bien y mal sumamente marcados cuando en la vida real todo tiene matices. Sin embargo a una edad temprana, presentar personajes totalmente opuestos ayuda a comprender más fácilmente la diferencia entre ambos, cosa que sería más difícil si se representaran tal como sucede en la realidad más cruda. Juan Cervera, reconocido investigador español sobre literatura infantil, indicó que el castigo propinado a las malas acciones en los cuentos, es necesario ya que cuando se castiga el mal, se esta generando una fuente de seguridad para la conciencia del niño.


¿Cómo influye la edad en la selección de los cuentos que formarán la conciencia del niño?


Dos a cuatro años: De los dos a cuatro años, el niño necesita cuentos realistas, llenos de imágenes de la vida cotidiana, lo que le ayudará a crear conciencia sobre su mundo más cercano: sus padres, su comida, sus juguetes, su aseo y sus amigos.


Cuatro a nueve años: De los cuatro años hasta los ocho o nueve años el niño necesita historias que sean anécdotas, las que formarán su conciencia en el aspecto de los sentimientos y valores, ya que esas narraciones le mostrarán conductas que le gustarán y le disgustarán, provocarán su admiración o rechazo. Al contrastar diferentes personajes se ejercitará su juicio. Marisa Bortolussi, autora de Análisis teórico del cuento infantil, indica queCualquier elemento literario que suscita en el niño una reacción será integrado en su Yo”, es decir tendrá una influencia en personalidad.

Nueve a doce años: Entre los nueve y doce años, los niños ya no leen historias en blanco y negro, ahora tienen matices y no es tan fácil diferenciar entre el bien y el mal. Aquí ya no son utilizados los cuentos tradicionales. En estos cuentos un personaje tiene tanto rasgos de maldad como de bondad que el niño tendrá que saber distinguir y con su aprobación o rechazo su conciencia adquirirá perspicacia y responsabilidad.

Juan Cervera en su cuento Javi, sus amigos y sus cacharros, pone en aprietos a su personaje principal cuando: descubre la tortuga que ha caído del balcón de otro amigo suyo, Gafitas, piensa en voz alta y se plantea el verdadero problema de conciencia. Guardarse la tortuga y no devolvérsela a Gafitas, su dueño, es «una jugarreta», pero devolvérsela es «un fastidio», porque lo que les apetece es guardársela para ellos, aunque sea «una jugarreta». Pero piensa que quedará más tranquilo, si acepta el «fastidio» de devolverla. Es una duda de conciencia que obliga a definirse entre el bien y el mal. Bien y mal que no le son ajenos, sino que se involucran en su conducta y tiene que decidir.”

En conclusión

Lo que hace verdaderamente libre y responsable a un niño es que él mismo se construya su propia conciencia ejercitando su juicio y decisión personal. Existen muchos factores que moldean aquellos procesos cognitivos y afectivos que forman la conciencia del niño, entre ellos se encuentran las experiencias personales consecuencia de interactuar con el medio y otras personas. Asimismo, están los cuentos y las narraciones que forman el conjunto de la literatura infantil.


Entonces, si bien es cierto que la literatura infantil no es la única que contribuye a moldear conciencias, si cabe me que mencionar que además de ser menos riesgosa que las experiencias personales, tiene enormes posibilidades y responsabilidades para moldear la personalidad, creatividad y criterio de los niños.

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